El Amor Supremo de Dios.
Una de las mayores satisfacciones de Dios es
que la humanidad reciba su amor, que tenga el entendimiento del porque fue
necesario un sacrificio tan extremo como el que ejecuto Jesucristo, para
redención del alma. Y con ello alcanzar una unidad absoluta entre el hombre y
su hacedor. Debido a esto, Dios desde un
principio nos formó y nos dio vida, y lo hizo con amor, pero cuando la
humanidad viene a este mundo corrompido
por el dominio de satanás y su huestes demoníacas, enfrenta una serie de
adversidades y situaciones contrarias a los frutos amorosos de Dios,
acostumbrándose así a un estilo de vida impuro y lleno de amargura y dolor.
Dios al estar consiente de este suceso,
requiero una forma estratégica para quitarle el domino a satanás, que obtuvo
por medio del pecado cometido de Adán y Eva, y fue a través del sacrificio de
Jesús, es por esto la necesidad de que cada persona reciba a Jesús como su
único señor y salvador para que de esta forma reciba la salvación de su alma, y
viva en el amor de Dios.
1 Juan 4: 10; En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a
su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.
Una vez que ocurre este Aceptamiento, el velo
es roto de nuestros ojos espirituales y comenzamos a entender el porqué de la
maldad y el origen de tantas cosas que nos sucedieron y que no era el plan de
Dios que aconteciera para nuestras vidas, tales como muerte, división,
enfermedades, rechazo, maltrato, violación, entre otras cosas.
2 Corintios 3:16; Pero cuando
se conviertan al Señor, el velo se quitará.
Y comenzamos a recibir una dirección divina
que es dada por el maravilloso consolador el Espíritu Santo, aquí viene el
nuevo nacimiento. Según la simiente de Dios y no la del diablo corrompida por
el pecado. Sino perdonados de nuestros pecados para comenzar una nueva vida con
la guianza de un Dios de amor.
Juan 14:26; Más el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi
nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he
dicho.
Un Dios de misericordia, que para
instruirnos y traernos al camino del bien, es necesario que quebrante todo
diseño mal sano que viene fluyendo en nuestras vidas producto de vivir en
pecado, es aquí donde le llamamos el desierto o la parte dolorosa del seguidor
de Cristo, que es el sometimiento de nuestra voluntad humana a la de Dios, solo
luego de cada proceso que nos pasa Dios nos convertimos en hombres y mujeres de
Dios capacitados para confiar y serles fiel en todo tiempo, sin arrojarnos al
mundo de nuevo por cualquier tempestad. Nuestro carácter es transformado y
nuestros pensamientos son renovados por la palabra de Dios, comenzamos a
nutrirnos de la fuente de agua viva que purifica nuestro ser. Siendo así,
nuevas personas dispuestas para dar y recibir amor.








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